La tristeza de un día gris, normal,
sin sobresaltos.
He sabido entenderme bien, hoy no es mi día.
Me escapo de mí, no soy yo. No existo dentro.
Destroce mi camisa. Como cáscaras que me envuelven,
me despojo de un peso absoluto.
Soy yo, nadie que me ayude. Solo mi sombra de compañía.
Dudo, vuelvo y empiezo a dudar.
Me seco, me resbalo. Estoy bien, pero… no entiendo cuando me deje de amar.
Cuando pude importar mis sueños.
Ahora por quien voy. No estoy tan seguro de que ese soy yo.
Me desvisto de nuevo. Me hablo al revés.
¿Como hago para entenderme?
Me falta más, perdí lo que siempre tuve, no me di cuenta de eso.
No me doy cuenta de eso.
Si ya no soy yo. No tengo qué me ame.
No me importa. No resisto esta desidia.
Mi alma, mi amor…karma... es el castigo.
Y solo me despido sin buscar lo que ya no recuerdo que perdí.
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